Día 4: Obtiene la palanca

Tu compi de cuarto parece haber perdido algo de cordura al pasar un día entero mirando el cadáver de sí mismo. Balbucea cosas ininteligibles en voz baja.

Esa imagen le atormentará de por vida y le hará ser más miedoso.

Tu compi vuelve a tumbarse en la fría máquina de la habitación principal. 

Entra en estado de pánico durante un bochornoso rato, tras el cual, comienza a aceptar su situación.

Debe continuar hasta encontrar la salida, sin importar cuan horribles sean las cosas que se encuentre por el camino.

Ahora sabemos que la máquina NO se activa a base de lágrimas y sollozos. 

Es el siguiente paso lógico, ¿verdad? Coger la palanca para usarla como arma multiusos, pero... tiene miedo. 

Tu compi prefiere hacer esto para pasar por la puerta:

A la derecha no hay puerta. Tu compi de cuarto lo intentará con la de la izquierda.

La puerta que pretende cruzar es tan robusta, que ni lanzándose en bucle contra ella podría atravesarla. Los golpes dejan dolorido a tu compañero de cuarto, y algo atontado. 

Al no tener éxito, no tiene más opción que intentar su primera idea, abrirla con la palanca. Ya no le importa el horror ni el miedo. Abrir esa puerta se ha convertido en algo personal.

Tu compañero de cuarto agarra la palanca con fuerza y apoya su pata sobre la cabeza del cadáver. Los primeros intentos no consiguen sacarla. En el último intento usa toda su fuerza...

Ahora tiene una palanca y un inicio de psicosis mental.

Utiliza la palanca para abrir la puerta. Como se abre hacia dentro y nunca estuvo cerrada con llave ni nada parecido, tu compañero de cuarto consigue abrirla sin ningún esfuerzo.

Esto es lo que se encuentra tras la puerta:

Una habitación enorme pero poco iluminada, llena de estanterías con libros, una mesa en el centro con una pequeña vela encendida y un libro.

La librería es tan grande que no consigue verla entera.

¿Qué quieres que haga?